Los chilenos vivimos más, pero el desafío es que esas existencias sean mejores, en salud, pensiones y atenciones de todo tipo. Aquello es una transformación cultural de la que aún tenemos pocas luces.
Las estadísticas de natalidad y esperanza de vida dadas a conocer por el INE dan cuenta que los chilenos viven hoy entre 75 y 80 años, una cifra que sigue aumentando conforme pasan los años, gracias a los mejores cuidados, alimentación, salud y calidad de vida.
Vivimos más, pero paralelamente debemos ser capaces de entender este fenómeno, para transformar el país hacia una realidad que es muy distinta a la de hace dos o tres décadas. Chile registra una transformación nunca vista. Jamás en 200 años de vida independiente nos habíamos enfrentado a un mundo donde los adultos y adultos mayores fueran más que los niños y jóvenes. Debe recordarse que hasta hace menos de un siglo la expectativa de vida era menor a 40 años y mucho más atrás, alguien de 30 podría ser considerado todo un veterano.
En este contexto conviene observar un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), el cual recomienda a Chile elevar la edad de jubilación y subir la tasa de cotización -del 10%- debido a que la tendencia de la rentabilidad de los fondos de pensiones es a la baja.
El texto asegura que la tasa de rentabilidad en Chile tenía un promedio de cerca del 9% desde el inicio del sistema, sin embargo, "en un escenario optimista", en los próximos años llegaría al 6,1%. Esto perjudicaría a las generaciones más jóvenes, "incluso si contribuyen durante períodos más largos".
En el documento la entidad señala que para tener una jubilación "decente" es necesario trabajar y contribuir más. "Tenemos que trasladar mejor el mensaje de que trabajar más tiempo y contribuir más es el único camino para conseguir un ingreso decente en la jubilación", indicó el secretario general de la organización, Ángel Gurría.
El fenómeno implica comenzar a prepararnos para atender a la población que envejece y vive más conforme pasan los años, lo que exige modificaciones desde el nivel central y desde las personas.