Los profesores que se mantienen en un prolongado paro indefinido en el país han conseguido la opción de ser escuchados por el Ministerio de Educación, luego de la mediación de algunos diputados. Los dirigentes sostienen, especialmente de regiones, que no se sienten representados por los acuerdos adoptados por la directiva nacional del gremio, que preside Jaime Gajardo, respecto a la situación en que quedarán con la reforma educacional que se analiza en el Congreso.
Esta semana se ha informado que el ministro Nicolás Eyzaguirre se abrió a incluir a los disidentes en las mesas de trabajo técnicas sobre agobio laboral, deuda histórica y carrera docente, lo que de concretarse permitiría resolver este prolongado conflicto.
Como es habitual, hay diferencias sobre las cifras de establecimientos en paro. Según el Mineduc, afecta a 804 colegios municipales en el país, mientras en el Colegio de Profesores aseguran que los docentes movilizados son cada vez menos y están retornando a sus labores habituales, cuestión que no es compartida por los disidentes. Como sea, lo concreto es que el cese de actividades ha generado alteraciones en el sistema educacional, y en la zona ya se analizan posibilidades como adelantar el inicio del año escolar 2015, para la recuperación de las clases perdidas en el fin de este periodo.
Con la movilización, los docentes han intentado colocar en el centro del debate lo que para muchos debía ser el punto de partida de la reforma educacional, esto es lo relacionado con las condiciones en que los profesores desarrollan su trabajo, algo esencial si se piensa en mejorar el proceso de aprendizaje de los niños y jóvenes. Tal vez la reforma se ha centrado demasiado en la propiedad de los colegios, en la selección de los alumnos y el lucro, pero no en los profesores, que son vitales para mejorar la calidad de la educación.
Tal como han dicho los dirigentes, sin atender sus condiciones salariales y laborales, cualquier proceso de transformación no tendrá un sustento sólido. Para alcanzar una educación pública de calidad, los maestros son parte constitutiva y hay que reconocer que la profesión docente ha perdido terreno de forma sostenida.