Científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) publicaron ayer la primera imagen de la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko tras el aterrizaje del módulo Philae sobre ese cuerpo celeste.
La foto transmitida a Tierra muestra una superficie rocosa y una de las tres patas del módulo en un ángulo de la imagen.
Philae está estable pese a que no se ancló adecuadamente al terreno, dijo el científico Jean-Pierre Bibring, quien comentó que al parecer está parado sobre dos de sus tres patas, aunque su instrumental científico opera normalmente.
El módulo logró un hito sin precedentes el miércoles, cuando aterrizó por primera vez en la historia sobre un cometa tras recorrer 6.400 millones de kilómetros por el espacio durante una década a bordo de su nave nodriza, Rosetta. El cometa atraviesa el espacio a 66 mil kilómetros por hora a unos 500 millones de kilómetros de la Tierra.
Paneles en problemas
Las baterías de Philae tienen una duración de unas 64 horas y los paneles solares podrían extender su alcance por una hora diaria.
Los controladores en Tierra tratarán de ajustar el módulo para ver si puede desplegar sus paneles solares a fin de recibir la luz solar y recargar las baterías, según dijo Bibring a la prensa.
"Estamos justo en la sombra de un acantilado", explicó. "Estamos permanentemente en la sombra, y ese es parte del problema. Trataremos de orientar mejor los paneles solares. Pero muchos de los demás instrumentos ya han adquirido lo que deseaban", agregó el especialista.
El júbilo de los científicos se vio ligeramente empañado porque los ganchos diseñados para que la sonda se anclase a la superficie no se desplegaron, haciéndolo rebotar en dos ocasiones antes de descansar sobre el cuerpo del cometa, también llamado núcleo.
Los científicos siguen analizando los efectos que tuvieron los dos golpes en la aeronave.
La comunicación con el módulo es lenta, ya que la señal tarda más de 28 minutos en llegar a Tierra desde Rosetta, que sigue acompañando al cometa y lo hará hasta finales del próximo año.
Schwehm indicó que podría seguir siendo posible desplegar los ganchos, pero que sólo lo harían si ello no pone en peligro al módulo.
La pregunta clave es si el taladro de Philae podrá emplearse para obtener muestras de debajo de la superficie sin empujar a la sonda de vuelta al espacio. La gravedad sobre el cometa es 100 mil veces menor a la de la Tierra, lo que supone que el módulo, que tiene el tamaño de una lavadora, allí pesa sólo un gramo.
Philae y Rosetta utilizarán 21 instrumentos para analizar el cometa en los próximos meses. Los científicos esperan que el proyecto de 1.300 millones de euros (US$ 1.620 millones) les ayude a entender mejor los cometas y otros cuerpos celestes, además de responder, posiblemente, a dudas sobre el origen de la vida en la Tierra.
Los instrumentos científicos incluyen diversos espectrómetros especializados en diferentes aspectos, que analizarán la superficie del cometa, la coma y los gases expulsados. Se harán recuentos y estadísticas de las formas, colores, velocidades, etc., de las partículas expulsadas. También incluye la medición del núcleo por ondas de radio.
El nombre de la sonda está inspirado en la Piedra de Rosetta, y nombres egipcios en general, ya que también el nombre del módulo Philae está inspirado en la antigua ciudad egipcia del mismo nombre (en la actualidad sumergida), donde existió un obelisco imprescindible y complementario en el descifrado del texto de la piedra Rosetta.
Al igual que la Piedra de Rosetta sirvió para desvelar los misterios de la escritura jeroglífica egipcia, se espera que la sonda Rosetta desvele muchos misterios del sistema solar.
El jefe del servicio aéreo de ESA en el centro de control de satélites ESOC en Darmstadt, Paolo Ferri, sostuvo que durante las primeras horas de Philae en el cometa ya se obtuvieron datos importantes y que junto a las fotografías, se comenzó con el proyecto de tomografía "Cosert". Durante la noche del miércoles se perdió la conexión durante un tiempo como se esperaba, debido a una zona sin conexión. Pese a ello, desde la ESA aseguraron que el laboratorio parece estar en un estado "muy sólido".