Pensar en realizar eventos que se sostengan en el tiempo y que alcancen al mayor número de protagonistas y de simpatizantes, y cuyos fines sea contribuir al desarrollo integral, a elevar la calidad de vida y a entregar oportunidades de recreación espiritual, es una tarea urgente, necesaria y buena para nuestro destino como personas y como sociedad.

No es posible que aún no tengamos una política de desarrollo artístico y cultural en la que coincidan las instituciones públicas y privadas; y que nazcan, precisamente, desde éstas. De este modo, podríamos compartir visión, misión y fines comunes que nos moverían más fuerte y ordenadamente hacia una sociedad más culta y amigable; al mismo tiempo que se generarían más actividades en este fundamental ámbito de la vida ciudadana.

Somos capaces de realizar grandes cosas si nos unimos y trabajamos por causas que nos sean útiles y placenteras para todos. Los proyectos que se han realizado o que están programados a corto plazo por diversas instituciones o agrupaciones que trabajan en los campos del espíritu y de la razón, nos abren las puertas para ser parte de ellos y para aportar a su materialización.

La tarea común y esencial de las instituciones culturales es crear públicos para sus expresiones artísticas; es crear las condiciones a las que puedan asistir de manera habitual y en las que puedan compartir con los creadores y artistas; y es entregarles un abanico de eventos y lugares convenidos por los organizadores, para recrear audiencias.

Es la hora de pensar en Osorno como una gran oportunidad para sentirnos parte de su progreso; más aún cuando en esta labor existe una fuerza intelectual y moral de primer nivel. Pero también es la hora de sentarse a una gran mesa para convenir acuerdos que nos unan y motiven; tema recurrente en los gestores culturales y amigos de las artes, sin olvidar las inquietudes que emergen en financiamiento de actividades que reportan mucho ruido y escaso contenido. ¿Quiénes convocarán? ¿La Municipalidad, las universidades, las corporaciones o agrupaciones culturales, o El Austral?

La asociatividad que ha dado buenos dividendos a quienes la han constituido - incentivados por los mismos intereses - puede ser una forma… o la que usted sugiera. Por ahora, dar un primer paso o lanzarse al río, sería una "acción de arte" formidable.

Gabriel Venegas Vásquez

Recientemente el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, sostuvo que la variación de 0,3% del Imacec de agosto, elaborado por el Banco Central, no era una buena cifra y no lo dejaba contento, aunque ha advertido que el gobierno trabaja en una serie de políticas para recuperar el dinamismo.

Los especialistas preveían que el paquete de reformas anunciado por el gobierno al asumir el mando y aquellas que se esperan para más adelante, tendrían un efecto económico, porque ya se había observado previamente que los distintos agentes congelen algunos proyectos a la espera de que se conozca su funcionamiento, en especial en materia de cambios tributarios. Sin embargo, el frenazo de la economía ha sido más fuerte y más anticipado de lo esperado, aunque algunos síntomas venían desde hace varios meses antes.

Desde La Moneda se han dado señales de que se está asumiendo la complejidad de la desaceleración y esto es un paso clave para suavizar el golpe económico. Entre los anuncios que las autoridades han hecho en tal sentido se encuentra el plan de inversión pública para los últimos meses del año, por 5.000 millones de dólares, con los que se espera contribuir a la reactivación. Asimismo, el presupuesto fiscal para 2015 contempla un incremento de 27,5% de los recursos destinados a inversión pública.

El problema es cómo enfrentar el escenario y para lo anterior, más que anuncios de acción como los mencionados de aumento del gasto público, lo que se necesitan son señales que tranquilicen a los inversionistas. Además, persisten una serie de temas en el aire que preocupan a quienes deciden entrar a proyectos empresariales, como la reforma laboral que se ha anunciado.

Hay una serie de iniciativas en las cuales se diseña un aumento de la intervención estatal, lo que afecta la sensación de riesgo para iniciar inversiones en el país. Se trata, entonces, de acotar el impacto de la agenda de reformas, buscando evitar que se profundice la desaceleración y golpee al empleo, como ya ha estado ocurriendo.