Problema de feedback
Quienes hemos tenido y tenemos un interés por los temas ambientales y otros relacionados al desarrollo y calidad de vida de nuestra provincia, hemos manifestado con ímpetu y afán de urgencia que debemos dejar la abulia a un lado y participar activamente en estos temas que son responsabilidad de todos. Con entusiasmo hemos invitado a la ciudadanía a empoderarse y ser parte activa y no mera receptora de iniciativas aisladas. Desde esta misma tribuna, personalmente he señalado que nuestro ordenamiento jurídico sí contempla mecanismos de participación y me he referido a la importancia que tienen las asociaciones en la construcción de una sociedad organizada, informada y comprometida. Sin embargo, me temo que por muchas invitaciones que se hagan, el resultado no será el deseado a menos que coloquemos los bueyes delante de la carreta.
Si bien es cierto, la participación es clave en el mejoramiento de nuestro medio ambiente y nuestra calidad de vida, no es menos cierto que la comunidad debe tener las herramientas para organizarse y pronunciarse. La pregunta es: ¿más allá de la información que se entrega a través de los medios de comunicación, qué instrumentos le hemos entregado a la comunidad para que ésta tenga una aproximación efectiva a los temas ambientales? En el ámbito de la contaminación atmosférica sí ha existido un esfuerzo real, producto de los problemas de salud pública provocados por el humo en invierno. Ha existido el imperativo de educar, de hacer foros, de ir a las poblaciones para hablar de concientización, de riesgos, de sanciones.
Pero las temáticas ambientales son múltiples y transversales: basurales; patrimonio cultural; protección de la biodiversidad; sequías e inundaciones; eficiencia energética; planificación urbanística; protección agrícola y forestal, borde costero, etcétera. Respecto de estos temas, que por lo demás son eminentemente técnicos y están en manos de unos pocos expertos, ¿ha existido un esfuerzo real, conjunto y articulado destinado a educar, a generar instancias de diálogo que vayan más allá de resolver una necesidad específica en un momento determinado? Es aquí donde hay un trabajo importante por hacer. Por lo tanto, el empoderamiento de la comunidad en los temas de sustentabilidad no va a producirse de manera rápida y espontánea. Se trata más bien de procesos en los que poco a poco quienes tienen los espacios, apoyos y conocimientos, deben ir traspasando sus experiencias, aclarando nociones e ir colaborando en la transformación de hábitos y en la formación de verdaderos liderazgos propositivos.
Pablo Saint-Jean