la comida rápida produce adicción y perjudica la dieta sana
obesidad. Un estudio realizado en Australia sostiene que los alimentos altos en grasas y azúcares inhiben el deseo de una mejor nutrición.
Es muy difícil no tentarse con la comida rápida: es ágil, sabrosa y ofrece múltiples posibilidades, tales como hamburguesas, pollo asado y papas fritas, además de las gaseosas que la acompañan. Sin embargo, es muy conocido el efecto negativo que produce este tipo de alimentos en el organismo, además del aumento de la obesidad y diabetes en la población.
Existe otro perjuicio vinculado a este tipo de alimentos. Un estudio realizado por la Universidad de New South Wales (Australia) afirma que la gente se vuelve menos propensa a una alimentación saludable y más vulnerable a responder a las señales de la comida rápida en el futuro.
En otras palabras y a juicio de los expertos, este tipo de menú se transforma en un círculo vicioso, ya que la persona pierde el deseo de consumir una dieta más saludable, y con ello las ganas de bajar de peso y mejorar su calidad de vida.
detalles del estudio
Los resultados arrojaron que, además de aumentar de peso, perdieron su deseo de buscar otros alimentos. Los especialistas probaron con diversos alimentos. Por ejemplo, las ratas macho asociaban distintas pistas de sonido con bebidas azucaradas con sabor a cereza o uva.
Con el tiempo, los roedores sanos dejaron de responder a las señales de ciertos sabores y se limitaron a comer los mismos alimentos en cantidades excesivas.
Después que los ratones consumieran durante dos semanas una dieta con 150% más calorías que una alimentación sana, los animales se volvieron indiferentes a otros alimentos y continuaron bebiendo agua saborizada.
"Las ratas fueron entrenadas para reconocer sonidos cuando cierto tipo de alimento estaba disponible. Como era de esperar, las ratas respondieron a una señal ligada a un alimento que había comido recientemente", indica Morris.
"Una persona obesa puede ser más sensible a la publicidad de alimentos como helados y barras de chocolate", sentencia la especialista, que no descarta continuar con el estudio de los efectos de la comida rápida.
Este estudio no analizó por qué una dieta de comida rápida tiene este efecto específico sobre los hábitos alimentarios, pero otros estudios han demostrado que ciertas partes del cerebro activadas por las drogas también son activados por las imágenes de la comida rápida. Los investigadores ya han relacionado las vías en el cerebro relacionadas con el abuso de drogas a comer en exceso.
Según estadísticas entregadas por el Ministerio de Salud, el 67% de los adultos chilenos presenta exceso de peso. En el caso de los menores de seis años, el 10% padece obesidad, condición que se ve agravada por otras enfermedades relacionadas, tales como las diabetes y problemas cardiovasculares. Esta cifra se eleva al 25% cuando los niños llegan al primer año básico.
Según Ashley Gearhardt, investigadora de la Universidad de Michigan, los alimentos altamente procesados pueden conducir a signos clásicos de la adicción, como la pérdida de control, tolerancia y abstinencia, generando una mayor propensión en los niños. "Nadie se vuelve loco por el brócoli o come fresas hasta que vomite. Si estos niños están tan acostumbrados a comer comida rápida otros alimentos simplemente no pueden competir con ella", explica la científica en la revista Time.