Goooool! Palabra mágica que convierte al homoherectus en primate del tipo Titi si el gol fuera del equipo de su preferencia, o en uno del tipo Orangután si el gol fuera del bando contrario.
Futbolear: mirar/comentar/ 'parrillar'/ beber el fútbol.
Futbolista: Mamífero bípedo, CI superior (dicen), que en pleno uso de sus facultades es capaz de seguir a una pelota.
Equipo: Once trogloditas pelotorum dispuestos a correr, transpirar, patear, pelear, alcanzar y llevar la pelota al arco contrario e introducirla al fondo de la red.
Comentarista deportivo: Sapiens siglo XXI, cuello y corbata, dedica con valentía y pasión a comentar importancia de la pelota y trascendencia del gol.
Fanáticos: Hombres y mujeres, absolutamente obnubilados por once peludos, piernudos y sudados troglodespelotorum.
Hinchada: Aunque se dice, son los mismos anteriores, se cree 'hinchada' correspondería para describir a esa minoría que por no gustarnos el fútbol, en época del mundial, andamos más hinchaditos.
Selección chilena de fútbol: Únicos chilenos capaces de pasar a segundo plano; asaltos, politiquería, lucro, alza de impuestos, Transantiago, aborto, terremoto en Iquique, incendio en Valparaíso, etc.
Negociados: Publicidad, remate de jugadores, sueldos escandalosos, miles de minutos en radio y televisión, acciones en la Bolsa y de 'uncuantohai' proliferando alrededor del fútbol que ha transformado una sana diversión de muchos en un negocio de no tan pocos.
Pichanga: Antigua y sana entretención de barrio. Entonces jugaban por jugar. Hoy, el jugador juega para pagar la cuenta de la luz, cambiar el modelo del auto, de colegio a la cría y, obvio, a la señora por una modelo.
Modelo: Astutus ciliconum femini-escasus cerebritorum.
Flexibilidad Laboral: Durante el mundial; una clara demostración que la flexibilidad laboral es posible.
Bastaaa: Interjección resumida y traducida por razones obvias que circula en boca de inmensa minoría que, si bien nos alegramos con el triunfo de La Roja de casi todos, definitivamente no nos gusta el fútbol, nos carga el frenesí popular y detestamos la 'explotación de masas' En fin...¡De nada!