Frenesí legislativo
A pocos días del inicio del Mundial de fútbol en Brasil la publicidad nos invade por todos lados y pareciera que nada más importante ocurrirá durante las semanas en que transcurrirá esta verdadera fiesta futbolera, 'modomundial' incluido.
A Dios gracias no es así, porque en Chile a nivel nacional se ha instalado el debate de ideas en los grandes temas en materia política, económica y social. Son tantos temas los que están siendo abordados de manera simultánea, para implementar cambios y reformas en la legislación, que han surgido críticas ante lo que se considera un frenesí legislativo.
A veces se nos olvida que todas estas reformas en materia educacional, tributaria, por una Nueva Constitución, entre otras, son consecuencia de lo que la ciudadanía ha venido pidiendo durante los últimos años, en que el descontento ha madurado.
El descontento de los padres de familia que aspiran a dejar como única herencia a sus hijos una buena educación, a costa de deudas que deberán pagar de por vida en algunos casos; el descontento de clientes de casas comerciales como La Polar y sus repactaciones unilaterales, que han afectado a millones de personas, si se considera que detrás de un cliente afectado hay toda una familia; el descontento generalizado por casos de evasión al pago de impuestos que bien justifican la necesidad de una reforma tributaria. Temas como éstos coparon la agenda noticiosa en Chile el año 2011, y entonces no fue casualidad que en las elecciones municipales del año 2012 el descontento se hiciera evidente con el 56,8% de abstención, siendo el voto voluntario.
La ciudadanía se expresa a través del voto, y en los sistemas electorales de voto voluntario la abstención constituye muda crítica al sistema político. En Chile, con períodos presidenciales tan cortos como el actual, de tan sólo cuatro años, resulta imperioso construir a paso firme y decidido una nueva institucionalidad a través de las reformas legislativas que están en marcha.
A nivel local y provincial también debería haber mayor entusiasmo o frenesí en temas tan nuestros como necesarios y urgentes, como la calidad del aire que respiramos en Osorno o la cantidad de familias que habitan en campamentos y sufren por estos días las inclemencias del tiempo, las que requieren soluciones de manera pronta y oportuna.