El acceso a la Educación Superior ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años. Hemos pasado de menos de 200 mil estudiantes en los años 80 a más de un millón el año 2012. Sin embargo, este logro ha traído consigo un desafío adicional al sistema: retener a un nuevo grupo de estudiantes en las instituciones y/o en los programas de estudio a los que ingresaron.
Hay una alta deserción de alumnos. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Educación (2010), cerca del 50% de quienes se matriculan en la Universidad o en Centros de Formación Técnica (CFT) no completan el programa en el que se matricularon, mientras que en los Institutos Profesionales (IP) esta cifra llega al 60%.
¿Cuáles son las causas por las cuales los jóvenes abandonan sus estudios superiores?
Existen diferentes enfoques para analizar la deserción, estableciendo categorías sicológicas, económicas, sociológicas, organizacionales e interaccionales (Braxton, Johnson, & Shaw-Sullivan, 1997). Cada una de ellas intenta explicar este fenómeno desde su particular perspectiva.
A nuestro juicio, los factores sociológicos cobran una relevancia importante en la realidad del nuevo alumno. Señala que la renuncia obedece en gran medida, a que este individuo no logra adaptarse al sistema del cual no tiene historia ni conocimiento previo, ya que en un número importante, es la primera generación de su grupo familiar que entra a la Educación Superior. No sabe cómo interactuar en este mundo.
Esa es la razón que muchas veces hace que este joven acuda a otro tipo de excusas para abandonar el sistema de una forma más 'aceptada'. Detrás del 'no puedo' seguir estudiando, hay un 'no quiero'. Porque no me acomodo, no me ambiento, no sé cómo interactuar, no puedo relacionarme…
Las instituciones de educación superior, tenemos el desafío de tomar conciencia de este fenómeno, abordando lo descrito como una realidad y no como un problema, lo que permite generar políticas para acoger al nuevo alumno y ayudarle para que la transición que vive sea natural. Habrá probablemente menos deserción y más estudiantes motivados, con expectativas y deseos de terminar con éxito la etapa que han decidido iniciar.