Todos los años el país debe enfrentar emergencias y siempre se alude a las precarias condiciones de las edificaciones.
Esta tragedia ha dado pie a que se inicie un debate respecto a cómo regular la construcción para que se cumplan las mínimas exigencias de seguridad para las personas.
Los incendios forestales han generado una nueva catástrofe, esta vez en Valparaíso, donde han dejado al menos 15 muertos, destruido dos mil viviendas y unas ocho mil familias han quedado damnificadas.
Es cierto que las condiciones en que se produjeron esos siniestros en los cerros han sido especiales, porque se trata de laderas densamente pobladas, con casas precarias sin las mínimas condiciones de seguridad.
Factores climáticos y el fuerte viento también hicieron lo suyo para acentuar esta tragedia, con incendios que se desencadenaron como efecto dominó en once cerros.
Todos los años esa ciudad debe enfrentar emergencias durante el verano, aunque no con tal dimensión, y siempre se alude a las precarias condiciones en que se ha realizado la edificación.
Sin embargo, esta tragedia ha dado pie a que se inicie un debate respecto a cómo regular la construcción para que se cumplan las mínimas exigencias de seguridad para las personas. También es la oportunidad para hacer un diagnóstico de cuáles son las condiciones en que se han poblado los cerros de nuestras ciudades costeras a lo largo de todo el territorio.
Las autoridades han formulado llamados a la población para tomar conciencia acerca de los riesgos asociados a nuestro actuar y a la necesidad de ser cuidadosos para evitar que surja el fuego.
Son catástrofes que año a año afectan a extensas zonas de nuestro territorio y a miles de personas que viven, trabajan o hacen turismo en esos lugares.
Tienen también un elevado costo económico para el país, que se estima, según cifras del gobierno en unos 50 millones de dólares por temporada.
Hoy es tiempo principalmente para adoptar las medidas que la emergencia requiere.
Pero después, a la luz de las lecciones que deja la catástrofe, habrá que abordar en forma seria y profunda las soluciones respecto a las construcciones en los cerros, tema del que ninguna región del país debe quedar exenta.