Es necesario comprender la interdependencia que existe entre el agua, la energía y la seguridad alimentaria.
"Debemos adaptarnos a un cuadro de menor abundancia de agua. Debemos ser conscientes de cuidar el líquido vital", ha dicho el ministro de Agricultura.
Hoy se conmemora el Día Mundial del Agua y el foco está puesto en el nexo entre el agua y la energía, un aspecto clave si se considera que de todas las energías renovables, la hidroeléctrica es la más extendida, ya que representa el 16% de todas las fuentes energéticas actuales.
A nivel global, se estima que 780 millones de personas carecen de acceso a agua potable y 2,5 mil millones carecen de servicios de saneamiento.
Se calcula que la demanda global de agua podría superar en un 44% los recursos disponibles anuales en 2050. En términos de uso, la agricultura representa la principal fuente de consumo de agua dulce (70%) y el resto se utiliza para uso doméstico (17%) e industrial (13%).
"Debemos comprender la interdependencia que existe entre el agua, la energía y la seguridad alimentaria. El 75% del uso industrial de agua se destina a la generación de energía. Si no gestionamos de manera sostenible este recurso vital, no podremos avanzar hacia la erradicación plena del hambre", señaló la representante regional adjunta de la FAO, Eve Crowley.
En América Latina y el Caribe, hay una presión creciente sobre los recursos hídricos, por factores climáticos como las sequías e inundaciones y por actividades económicas que requieren mucha agua, como la minería y la agricultura de regadío.
En ese sentido, el ministro de Agricultura chileno, Carlos Furche, afirmó recientemente que se está viviendo una situación muy delicada tras años consecutivos de sequía.
"Debemos adaptarnos a un cuadro de menor abundancia de agua. Debemos ser conscientes de cuidar el líquido vital, asimismo, necesitamos hacer las inversiones necesarias para mejorar la eficiencia en su uso", dijo.
Frente a este escenario, hay que tener claro que sin energía no hay agua y sin agua no hay energía. Por ello, es tan importante que el Estado resguarde un elemento clave para asegurar el desarrollo nacional.