"El perfil psicológico del hombre postmoderno es ser feliz, no importa el costo. Posee una vida superficial"
La Biblia dice: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche" Salmos 1: 1-3
En la vida hay recompensa para quienes viven de acuerdo a los principios divinos, para aquellos que comprenden que las leyes de Dios son con el fin de protegernos y librarnos de efectos negativos que conlleva el vivir a nuestra propia manera.
Las buenas o malas decisiones marcan nuestro destino, sea para bien o para mal. Quien subestima a Dios y sus enseñanzas sufrirá las consecuencias de vivir contrario a la Ley del Señor.
El salmista en este capítulo uno, nos presenta la manera de ser feliz. La misma palabra bienaventurado en el pensamiento original da la idea de realización plena y estabilidad, no como fruto de nuestro esfuerzo, sino por obedecer los principios que el salmo nos presenta. La estabilidad y felicidad no es el resultado de lo que sabemos o poseemos, sino de obedecer los principios de la palabra de Dios.
Hay tres consejos que el ser humano debe tener en cuenta. No andar en el consejo de los malos, porque toda influencia que nos haga mermar en nuestra vida moral y espiritual es negativa Si escuchamos el consejo de los malos vamos a terminar en el camino de los pecadores.
La advertencia es a no detenernos en este camino, ya que si ignoramos el consejo de la palabra de Dios vamos a detenernos en el camino equivocado.
La tercera advertencia es a no sentarnos en la silla de los escarnecedores. Estos son aquellos que desprecian lo bueno en forma grosera e insultante. Si el hombre atendiera más a los principios divinos mucho del sufrimiento que experimenta sería mitigado, sino que por el contrario la ley de Jehová sería su delicia, tal como lo señala el salmista.
El perfil psicológico del hombre postmoderno es ser feliz, no importa el costo. Posee una vida superficial, banal y hedonista. Todo se centra en el placer de sí mismo, en su bienestar y satisfacciones, posee una moral frágil, pero esa felicidad es totalmente opuesta a la que el Hacedor ha diseñado.
Presidente Unión de Pastores de Osorno