"Todos sabemos que la persona ideal no existe, ¿pero quién no ha soñado con encontrar un sapo que se convierta en rey?
Varón buena familia. Neuronas de Einstein, la pinta de Sean Connery y la caballerosidad del rey Arturo. El humor de Quino, la sabiduría de un alquimista, la serenidad de un Dalai y la imaginación de Disney. El olfato de Onassis y la fidelidad y apego a la familia de Charles Ingalls. Si lo encuentra, favor llamar teléfono tanto. Se gratificará.
¿Un clasificado así en el Austral? ¿Sería mucho pedir? ¿Y si lo encuentra? Seguro, no avisa. Bueno, ¡esta escribidora tampoco!
Por supuesto, todos sabemos que la persona ideal no existe, ¿pero quién no ha soñado, alguna vez, con encontrar un sapo que se convierta en rey o una rana en princesa?...Sobre todo, y sin ánimo de pelambre, en un mundo donde, generalmente, sucede lo contrario.
En fin, como se sabe este mes se celebra Día de los Enamorados y cada troglo sapiens en trámites de amor invitara a su princesa a cenar (primero)...Todo, obviamente, auspiciado como ya es costumbre por San Valentín y publicidad dedicada al amor.
¿Amor? Aquí entre nos, y este sí es pelambre, el amor ya no es lo mismo. Hoy, este importante trámite para la humanidad consiste apenas en dos cucharadas de caldo y a la papa al tiro. Y sin duda, la culpa no es del apreciado santo. Al contrario, pareciera que el descalabro emocional que estamos viviendo, esta tole-tole sexual, esta falta de compromiso se debe exclusivamente a la mala calidad de los comensales.
Para empezar, actualmente se cree que ser caballero es abrir la puerta del auto y/o "correr la silla", que la inteligencia consiste en sabe usar el computador, el valor en hacer leso al jefe y la riqueza en tener el auto más grande y el celular más chico.
Las ladies, por su parte, juran que la feminidad está directamente relacionada con el tamaño de las pechugas, que ser tierna es andar sonriendo todo el día y que la fragilidad es usar vestidos hasta el tobillo. Y tanto príncipes como princesas, están seguros que la paciencia es un aliño dietético para la ensalada, el respeto mutuo un tic nervioso y que "tratarse" antes de entrar en materia; una pérdida de tiempo… En fin ¿me permite? Don Valentiiiin…
¡Socorrooooo!...