Así como hay que escuchar con detención las demandas de los trabajadores, éstos también deben ser capaces de poner sus necesidades sin dañar al resto.
"Resulta interesante observar el comportamiento del usuario, que se generaliza y uniforma a todas las edades y rangos sociales".
Para los fonoaudiólogos, el objeto de estudio es la comunicación humana y sus trastornos en diferentes grados y niveles etarios. De esta manera, surge el interés de ver lo que sucede con el uso y abuso de las redes sociales, en donde la comunicación cobra una nueva dimensión en el ámbito de todo lo virtual. Dicho esto, resulta interesante observar el comportamiento del usuario chileno, que se generaliza y uniforma a todas las edades y rangos sociales manifestando algunos factores comunes claramente pesquisables.
Primero, la aparente ausencia de tilde de los computadores, celulares, iPad y demás elementos tecnológicos que se usan para estos menesteres. Asimismo, la necesidad casi compulsiva de mostrar a los demás lo que está comiendo. Se podría montar una exposición fotográfica de magnitud con las fotografías de las parrilladas y asados al palo dieciocheros. Con cariño lo digo y en aras de la vida saludable ¿por qué no se publican fotos de una ensaladita a la chilena, una César o un humilde apio con harto limón?
Las vacaciones, antes las fotos de Cancún (hoy San Andrés) se mostraban con el grupo pequeño de amigos, junto a un rico trago y compartiendo anécdotas. Hoy, son de goce público para todo el que desee explorar tu página. La envidia alcanza sus niveles máximos cuando mi amiga "facebookciana" pone como portada su foto saliendo del agua en una playa paradisíaca, mientras yo estoy en mi oficina.
Otro punto relevante es el cambio de personalidad del usuario común, quien cobra una especie de osadía no observable cuando se confronta cara a cara a la persona. Sin duda, para nuestros compatriotas resulta más fácil expresarse con libertad cuando no ven la cara del otro, costumbre que no es novedosa en nuestro país. Hasta hace poco, aquello que se denominaba "pelambre" hoy se ha convertido en el "posteo". La mayor curiosidad reside en el hecho de la disculpa posterior a estos dichos. Ante el pelambre, la respuesta a la solicitud de aclaración era "me entendieron mal, yo no quise decir eso". Hoy en día, la respuesta a la confrontación por el posteo es "me hackearon".
En conclusión, las redes sociales tienen un valor enorme en la comunicación actual y la vertiginosa vida moderna, pero ¡por favor! No dejemos de hablar cara a cara, de reír juntos compartiendo las anécdotas de las vacaciones y por sobre todo: ¡recuperemos el tilde en nuestros computadores!.
Directora Fonoaudiología, Universidad San Sebastián