Los típicos retos y los zapateos durante el juego de alguna selección masculina de básquetbol del Liceo Carmela Carvajal, son parte de los recuerdos que dejó el entrenador Eduardo Céspedes, que durante esta semana recibió una serie de homenajes al anunciar su retiro del tradicional inmueble educativo de la comuna.
Céspedes, quien llegó al ex Liceo de Niñas en 1983, marcó a varias generaciones de estudiantes aficionados al básquetbol, ya que desde 1988 fue el entrenador titular de la rama hasta hace un par de semanas.
formador
El reconocido hombre del baloncesto, ligado también al Club Español, tomó las riendas de las selecciones luego que el recordado ex director del recinto, Luis Guzmán, tuviera que abandonar el cargo de entrenador titular por una enfermedad.
"Como yo era su asistente asumí. Desde 1988 que he estado a cargo del básquetbol Varones, que nació luego que el liceo se transformara en mixto. Ahí se tuvo que dar una instancia de participación deportiva a los alumnos que estaban ingresando. Creo que fue en 1985, aproximadamente", cuenta el técnico.
Eduardo Céspedes estudió en la sede Valparaíso de la Universidad de Chile, la carrera de Consejero Educacional, de la que egresó en 1974.
Luego se desempeñó en Valdivia y antes de llegar al ex Liceo de Niñas de la ciudad, estuvo en el Liceo de Hombres de Osorno.
Estando en Los Ríos, el actual orientador del Liceo Carmela Carvajal (LCCP) comenzó a capacitarse como técnico formativo de básquetbol, para posteriormente tomar diversos talleres y cursos de la disciplina. Con esta base llegó a la naciente rama masculina del establecimiento educacional.
Títulos y anécdotas
Desde 1992, dice Céspedes, las selecciones del Carmela Carvajal comenzaron a disputar los primeros lugares y finales.
"Ese año ganamos el campeonato Cadetes y en los Juegos Nacionales de Antofagasta salimos terceros. Eso impulsó de manera muy fuerte el básquetbol", remarcó.
En total, apuntó el docente, fueron más de una docena de campeonatos obtenidos, siendo cada uno de ellos especial.
Fueron cientos de horas de entrenamiento y partidos a cargo de la banca del equipo, donde ocurrieron más de alguna sabrosa anécdota.
"Como pasan tantos jugadores, uno miraba la banca para preparar una sustitución y lanzaba un apellido o un nombre, pero ese estudiante ya no estaba. Los jugadores quedaban mirándome", rememora.
También están las historias de los cambios de apodo, o bien que terminaba llamando a los jugadores en los partidos por sus sobrenombres.
Eduardo Céspedes se alejará del recinto educativo a principio del próximo año, cuando se tramite de manera definitiva su jubilación.
Por de pronto, está siendo reconocido por su labor, aunque él asegura que seguirá ligado al básquetbol formativo a través del Español.