Una elección decisiva para Chile
Madame Bachelet es del linaje aragonés de Bernabé, que se remonta al siglo XIII, y frau Matthei por su abuela materna, al castellano Hernández.
Ya estamos en plena campaña para la segunda elección presidencial, que se efectúa en nueve días más. Y técnicamente no es un balotaje, como dicen algunos, porque balotaje es la elección que se realiza con balotas, o esferas, como la efectuada hoy en Brasil para designar los grupos del próximo mundial de fútbol. Esta nueva elección viene a alterar actividades tradicionales del mes de diciembre en nuestro país, que mueven a miles de personas y requieren tiempo de preparación, y fiestas como la Navidad, relegada a un segundo plano.
Es una elección singular: el Presidente saliente estaría entregando el mando a su prima, de quien lo recibió el 2010, si ésta resulta elegida. Es un parentesco que ellos ignoran y que se remonta a la Valdivia del siglo XVIII. Por primera vez son dos mujeres las que se disputan el cargo, algo que no ha ocurrido en ningún país, siendo un récord mundial. No pertenecen a las familias tradicionales de la política chilena, pero representan a los sectores que dominan en nuestro país desde la Colonia. Ambas tienen ascendencia española por sus abuelas: Madame Bachelet es del linaje aragonés de Bernabé, que se remonta al siglo XIII, y frau Matthei por su abuela materna, al castellano patronímico Hernández.
Las diferencias están en lo político: una pertenece al sector que propicia cambios en el ordenamiento político e institucional del país; la otra a la derecha tradicional que desea mantener lo impuesto por la dictadura del general Pinochet.
Las dos han incurrido en el error de utilizar la religión, o de ofrecer prebendas a un grupo religioso, con el fin de obtener sus votos. También a los ofertones de bonos, subsidios y aportes en dinero por cuenta del Estado, si son electas, a colectivos sociales de la comunidad.
En sus programas de gobierno tienen propuestas que son positivas, muchas necesarias y otras urgentes. Pero también hay otras que resultan imposibles de aceptar. Estos y muchos otros antecedentes hay que tener en cuenta al emitir el voto el próximo 15 de diciembre, por el bien de Chile y los chilenos. La decisión está en nuestras manos y un lápiz.