Cartas al Director
Pobres y ricos
Se comenta por ahí, en algunos libros históricos o relacionados con el acontecer de la humanidad, que Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos, habría expresado en alguna ocasión: "Dios debe amar mucho a los pobres porque, de lo contrario, no habría creado tantos. Y, por otra parte, debe amar también a los ricos, porque, de otra manera, no dividiría tanto dinero entre tan pocos." Reflexiones que no dejan de llamar la atención, pero que quizás habría que empezar por definir ¿qué es ser pobre y qué constituye la riqueza? Tanto en lo material, como en lo espiritual. O algo así. Y eso, al parecer, da para rato.
Jorge Jiménez
Indigente
Señor director, este medio publicó recientemente el retorno del indigente de calle Mackenna a su lugar escogido como residencia frente al Registro Civil, donde permaneció dos días para nuevamente ser retirado. La información periodística confirmó los derechos legales de esta persona para vivir en cualquier lugar público.
Disculpando la comparación y con todo respeto por un ser humano desamparado, el destino de este indigente ya parece una "pelota" jugada entre varios involucrados, quienes invocan la claudicación legal frente a este lamentable y aislado caso.
Sin embargo, su último retiro estaría adelantando una solución definitiva que también asegure al resto de los osorninos y a sus visitantes sus derechos a transitar por sur veredas libres de demostraciones inhumanas y de la degradación sanitaria que esto provoca, incluyendo la atracción de los eternos perros callejeros del centro de nuestra ciudad.
Una persona acogida a su "condición de calle", puede escoger lugares públicos que desee para establecerse, menos frente a la casa particular de alguna persona influyente, desde donde sería erradicado prontamente y sin obstáculos legales.
David Benavente
Indigente II
El retorno de Ernesto Rauque para vivir en calle Mackenna, no demuestra otra cosa que a este "rey de los indigentes" en situación de calle, le encanta el barrio.
Acompañado de su fiel perro negro y de todas sus vituallas (de las que no tiene pocas) este verdadero "Quijote" de las calles osorninas, contra viento y marea persiste nuevamente en su mansa locura. Este hombre no acepta hogares, albergues, ni probablemente el que se le otorgue una vivienda en un barrio periférico donde no podrá ver más que miseria, calles sin pavimentar y muchas, muchas, miserias humanas.
En cambio en el sector céntrico tiene todo a mano. Al frente un local de comida rápida que lo puede atender a cualquier hora del día y la noche. Todo esto siempre y cuando las dádivas en monedas sean generosas. Y, al parecer, en el sector donde vive siempre lo son.
Tiene farmacias a la mano para cualquier molestia real o imaginaria. Una hermosa y remozada pileta para que su perro acuda cuando la sed le agobie.
Ve "gente linda" mañana, tarde y noche. En fin, un barrio superlativo y que Rauque ni en sus sueños más peregrinos pensó alguna vez frecuentar y menos habitar.
Sin embargo, están los detractores, aquellos que no soportan el "olor a pobre", ni menos la visita de alguien que pueda recordarles la miseria en vivo y directo.
Rauque lucha contra los molinos de viento y es muy probable que pierda la batalla. Mientras tanto, seguramente le susurra a su can: "Dejad que los perros ladren Sancho…".
Gerardo Carrillo Oliveros
Agradecimientos
Estimado director, el motivo de la presente carta es utilizar este medio para agradecer a todas las personas que nos acompañaron el 25 de octubre, fecha en la que falleció mi padre Héctor Rafael Vera Chouquer, más conocido como "El Chilote Vera".
Fue profesor del Liceo Industrial de nuestra ciudad por 30 años, además de otros tantos como estudiante del mismo liceo. Particularmente, como familia, agradecemos a un grupo de docentes y amigos del liceo que acompañaron este proceso, recordaron los aspectos positivos de nuestro padres, esposo y hermano, lo que permitió llevar más fácilmente este difícil momento.
Destacar a distintos grupos de oración que también nos acompañaron, de la parroquia Santa Rosa, catedral San Mateo y otros, principalmente al padre Juan, de la parroquia Jesús Obrero, que realizó la misa de despedida, tanto como cura y alumno de mi padre.
Finalmente, a toda nuestra familia, amigos y conocidos que se encargaron de destacar lo positivo de nuestro amado padre... Reiterando lo importante que fue todo esto para poder enfrentar este camino.
Desde ya, muchas gracias a todos ustedes por los distintos gestos mostrados durante esta instancia.
Familia Vera Vera