Por primera vez elegiremos consejeros (as) regionales, los que hasta la fecha cumplen importantes y estratégicas funciones para el desarrollo regional. De ahí entonces que resulte relevante conocer quiénes son y quiénes potencialmente serán los (as) consejeros (as) regionales, poniendo especial atención sobre el amplio predominio de hombres tanto en los actuales consejeros regionales como en los potenciales integrantes a partir de marzo del 2014.
Entre las características principales de los actuales consejos regionales, se puede indicar que a nivel país un 85% son hombres y sólo un 15% mujeres. Destacan negativamente los consejos regionales de Coquimbo y del Libertador Bernardo O"Higgins, que no tienen mujeres entre sus integrantes. Las regiones de Atacama, Los Lagos y Maule cuentan con sólo dos mujeres.
Por otro lado, entre los postulantes a integrar los nuevos consejos regionales (basado en las candidaturas aceptadas por el Servel) se puede apreciar una situación similar a la conformación actual de los Core. Por ejemplo, de 1.270 postulantes aceptados, el 80,3% son hombres (1.020) y sólo un 19,3% mujeres (250). Destacan negativamente nuevamente la Región del Libertador Bernardo O"Higgins y el Bío Bío, con los porcentajes más bajos de candidaturas de mujeres aceptadas, 14% en ambas. Por su parte, las regiones con porcentajes más altos de candidatas corresponde a las regiones de Coquimbo, Metropolitana y Magallanes, llegando al 25% del total de las candidaturas, por sobre la media nacional que es de 19,7%.
A nivel de partidos, sobre el total nacional de 250 candidaturas de mujeres aceptadas, los partidos políticos que más mujeres incorporaron entre sus candidaturas son el PRI, con 33 mujeres, seguido por el PS con 25.
A partir de la composición de las candidaturas aceptadas por el Servel se puede apreciar que en marzo de 2014 la conformación de los consejos regionales no variará sustantivamente de lo actual en relación a la variable de género. Dado que la situación no es diametralmente opuesta a lo que pasa en otros espacios de representación (como senado y cámara de diputados) urge impulsar una ley de cuotas que abarque no tan sólo al poder legislativo, sino también a los órganos colegiados de representación territorial. El principal inconveniente parece ser que seguirá siendo la resistencia cultural e institucional no tan sólo de legisladores sino también de los partidos e instituciones políticas que muchas veces se resisten ante los mecanismos de acción positiva en materia de participación política.