"En la década del "80 me encargaban hasta mil trompos y el mismo número de emboques, pero ahora muy rara vez me hacen pedidos".
El maestro mueblista y carpintero Jaime Raddatz Uribe trabaja afanado en un pedido que le hicieron en su taller ubicado en calle Los Jazmines de Francke.
A sus 52 años le hace frente a una diabetes que por años lo ha complicado, pero a pesar de su delicado estado de salud, trabaja todos los días en su taller que está contiguo a su vivienda, donde trabaja la madera en bruto, la cual transforma en sillas, muebles y marquesas, entre otros.
Pero a veces llega una que otra persona para hacerle encargos de emboques y trompos, juegos que forman parte de la tradición nacional y que hasta la década del "80 eran muy utilizados por los niños.
"Hace ya varios años que se ha ido perdiendo esta tradición. Es lamentable, ya que los niños se entretenían bastante jugando con estos accesorios y eso ahora ya no pasa", comentó mientras trabajaba en su torno creando uno de estos juguetes, el que elabora en tan solo minutos.
Recuerda que era entretenido ver, por ejemplo, a niños que enrollaban con una cuerda sus trompos, para luego lanzarlos al suelo con fuerza para que giraran.
"Yo me críe jugando con trompos y emboques y fue lindo después haber aprendido a hacerlos", dijo con nostalgia el maestro mueblista.
TECNOLOGÍA
La llegada de la tecnología ha mermado bastante el interés de los niños en adquirir estos juguetes, los cuales han sido reemplazados por los computadores, las consolas de juego e internet.
"Antiguamente en esta fecha era buen negocio trabajar haciendo este tipo de productos, se vendían bastante. Basta solo mirar en las ferias de artesanía donde prácticamente no se ven y ni se venden, son muy pocos", indicó.
De hecho, señala que antes habían bastantes maestros torneros que se dedicaban en Fiestas Patrias a confeccionar estos juguetes, pero ahora son contados, contados con los dedos de una mano, ya que los pocos artesanos que aún venden este tipo productos, incluso los encargan en La Araucanía.
TRABAJO
Raddatz se define como un mueblista gótico, ya que su fuerte es crear con este estilo, como sillas al estilo Luis XV, con diseños definidos.
"Tengo clientes gustan mucho de mi trabajo y por lo mismo acuden a mí para que les haga sus muebles. Este es un trabajo muy lindo, donde puedo crear bastante", dijo.
Jaime Raddatz comenzó mirando a un tío mueblista en Santiago, donde nació su interesar por este oficio. De a poco fue aprendiendo y perfeccionado su técnica.
"Ahora me dedico exclusivamente a los muebles. Antes le dedicaba más tiempo a crear juguetes, como trompos y emboques, pero ya no es negocio. Y si los hago, se los regalo a los niños", dijo.