La mañana de ayer, los transeúntes que pasaban por la plaza de Armas veían con curiosidad cómo personal del municipio talaba dos árboles que se encontraban en el principal paseo público local.
El hecho no pasó desapercibido entre los ciudadanos y en las redes sociales hicieron notar su extrañeza por el hecho. "Se va a ver muy pobre", comentó la tuitera Paly.
Sin embargo, la decisión de ejecutar las faenas no fue al azar ni un asunto de estética. Según el Departamento de Aseo y Ornato de la municipalidad, la tala evitó que las especies se desplomen y caigan sobre personas, ya que presentaban un avanzado deterioro.
"Era necesario. Tarde o temprano las ramas iban a caer igual. Hay gente que no se da cuenta, pero el suelo en el lugar amanece lleno de ramas, sólo que siempre se limpia", explicó la directora de Aseo y Ornato, Cecilia Salas, quien además es ingeniero forestal.
Y es que un estudio publicado en 2010 por la Universidad Austral corrobora que varios de los árboles que están en la plaza de Armas se encuentran enfermos e incluso sufren una avanzada pudrición interna. Fue gracias a esta investigación que el Departamento de Aseo determinó quitarlos de la plaza.
El documento de la Universidad Austral -que está en manos del municipio- indica que son 10 árboles los que necesitan ser retirados debido a su estado crítico, más otros 21 que poseen enfermedades como hongos y que dañan su estructura. Salas argumentó que con el paso del tiempo, esos también deberán ser talados en el futuro. De acuerdo al estudio, sólo 13 están sanos, es decir, no presentan ningún problema.
"Cortamos solo dos, que eran los más riesgosos. Pero el resto los iremos cortando de forma paulatina, para no generar un gran impacto", dijo la directora de Aseo y Ornato, agregando que cada vez que quiten un ejemplar, plantarán otro de la misma especie.
"Donde hubo un quillaye plantaremos otro. Obviamente no tiene sentido colocar uno del mismo tamaño; será más pequeño, como de 3 o 4 metros", explicó.
La ingeniera forestal indicó que los árboles nativos viven más, pero por algún motivo están plantados aquellos que destacan por su belleza y no por su longevidad. "El maitén dura más, pero también hay tuliperos, quilos y quillayes que ya están envejeciendo. Algunos tienen más de 60 años y están secos", dijo.