Cartas al Director
Los desalmados
Me pregunto cada día con mayor intensidad: ¿Por qué en nuestro país han crecido tantos desalmados?, ¿De dónde han salido?, ¿Qué les ha dado la fuerza para crecer?, ¿De dónde han sacado el espacio para desarrollarse?
Desalmados, aquellos terroristas que matan y queman vivas a personas, que se toman una y otra vez los campos, que queman casas y camiones, que atacan a balazos. Desalmados, muchos jueces que los liberan, como si nada.
Desalmados aquellos que cierran casas de estudio, como quién cierra el almacén de la esquina. Desalmados aquellos que permiten lo anterior (¿Estado, gobierno o ambos?). Desalmados los que dejan botados a miles y miles de estudiantes de una universidad. Desalmados los que no han sido capaces de enfrentar el problema de la educación en Chile con una mirada país que sea integradora.
Desalmados los que amparados en leyes permisivas y poco transparentes, cobran intereses usureros a la gente que menos tiene. Desalmados los que han lucrado y lucran con la educación, cuando la ley claramente lo prohíbe. Desalmados aquellos políticos que solamente luchan por sus egoístas intereses. Desalmados los políticos que mienten, los que se desdicen hoy de lo que juraron ayer, los simuladores.
Desalmados los centralizadores, que privilegian el desarrollo de Santiago, en desmedro de las regiones, porque allí se concentran los votos y el poder. Desalmados los encapuchados que se infiltran en protestas y destruyen. Desalmados los políticos que con malas leyes no permiten que la policía pueda actuar con firmeza, cuando se requiere. Desalmados los que han hecho tan malas leyes que hoy tienen más garantías los delincuentes que las víctimas.
Desalmados los que nunca han sacado la cuenta de cuánto le cuesta al país el sistema procesal penal y ni sospechan cuántas ineficiencias tiene. Desalmados los que profanan iglesias. Desalmados los padres que ya cada vez menos enseñan valores a sus hijos. Desalmados los que han permitido que proliferen tantos casinos de juego en Chile y que tantas desgracias han causado y causan.
Desalmado el Estado que permite la concentración de algunas industrias en manos de unos pocos y que no protege a los débiles. Desalmado el Estado por no contar con y desarrollar mecanismos de transparencia y de regulación adecuados. Desalmado también, por ser uno que no ayuda al chileno, sino que lo restringe, permanentemente sospecha de el, donde puede lo acusa y le pone trabas cuando quiere emprender algo. Desalmados los que endeudan a las personas ignorantes.
Desalmados los que utilizan publicidad engañosa. Desalmado el Estado y los políticos que quieren destruir las cooperativas. Desalmado el sistema de salud, por ser injusto. Desalmado el sistema previsional, por ser desequilibrado. Desalmado el Estado por no ser capaz de desarrollar un adecuado programa de rehabilitación para delincuentes. Desalmados los responsables de que vamos a tener probablemente los costos de energía más altos de América, lo que va a afectar nuestra competitividad, desarrollo y bienestar.
Desalmados los legisladores del pasado y presente que han dejado resquicios legales en todo. Desalmados los llenos de ira que actúan cada vez con más violencia. Desalmado el chileno ratero. También el que asalta domicilios y roba. Desalmados los malos empleadores, maltratadores, que aún los hay. Desalmados los que quitan la cara y no permiten que uno entre, cuando necesita incorporarse a una fila de autos. Desalmados los chilenos que atropellan y que quieren sacar ventaja de todo sólo para ellos.
Desalmados los que andan con "careculo" todo el día. Desalmados los que más se ocupan de su exterior que de cultivar su interior. Desalmados los que han perdido la capacidad de escuchar al otro y que sólo quieren imponer su punto de vista. Desalmados los que no escuchan a los otros por ser de izquierda o de derecha.
Cómo hemos llegado a todo esto. ¿Este es el Chile que queremos? Si seguimos permitiendo todo lo anterior, nos van a pasar la cuenta y nuestro país va a perder los últimos encantos que aún posee.
Tomas Gehlen
Cambio de nombre
A propósito de don Alberto Fuchslocher Thater, recordemos que este protagonista de la historia de Osorno, además de haber sido regidor, alcalde, presidente de la Escuela Agrícola e impulsor de diversas iniciativas de desarrollo, donó gran parte de los terrenos que se encuentran en la salida de la ciudad hacia Puyehue, precisamente donde está su avenida homónima.
Que se insinúe cambiar el nombre de tal arteria, demuestra no sólo el desconocimiento histórico de los impulsores y defensores de tal iniciativa, sino el desprecio de éstos por un servidor público de impecable trayectoria, como los que mucha falta nos hacen el día de hoy.
Cristian Bogdanic